domingo, 5 de julio de 2020
Capítulo 4
MI PRINCESA
CAPÍTULO 4: EL DESENLACE
BERGEN, NORUEGA
INT. / RESTAURANTE LOS FIORDOS, COCINA / NOCHE
Después de terminar la jornada en el restaurante, a última hora de la noche, casi de madrugada, Martha está discutiendo en la cocina con Keiko, la cocinera, en presencia de Alexandra y Rashid.
Keiko: ¿Pero qué dices Martha? ¿Cómo que me echas del restaurante? ¿Te volviste completamente loca o qué te pasa? Apenas llevo unos pocos días trabajando aquí como cocinera.
Martha: Pues lo lamento muchísimo mi queridísima china pero estás despedida. ¿Cómo te lo digo, en tu idioma?
Keiko: ¡Que no soy china, estúpida!!! Estoy harta ya de la burla de Karen, de la china, soy japonesa.
Alexandra: Bueno ya basta, no discutan por favor, cálmense las dos.
Martha: ¡No me da la gana de calmarme, Alexandra! Esta vagabunda fue capaz de liarse con el novio de su mejor amiga. Karen no se merecía la cochinada que tú y ese desgraciado le hicieron. Te quiero fuera de mi restaurante ahora mismo. ¿Me has oído maldita china de los infiernos?
Keiko: ¡No te permito que me hables así, Martha!! ¿Quién te crees que eres, quién?
Martha: La dueña de todo esto. ¿Te parece poco?
Rashid: Bueno técnicamente, tu hermano Jan es el jefe y...
Martha: ¡Tú te callas Rashid, cállate porque para tí también hay!!! (Furiosa)
Alexandra: ¿Pero que te ocurre, Martha? ¿Por que estás de tan mal humor? ¿Te volviste loca?
Martha: Este miserable, Rashid, que va y me dice que le gustamos las dos pero que no se decide por cual. ¿Qué te parece hermana?
Alexandra: ¿Quéee? ¿Es eso cierto? (Sorprendida)
Keiko: Esto parece una novela de esas mexicanas... (Sonríe burlona)
Martha: ¡Que te he dicho que estás despedida, maldita china!! No quiero gentuza como tú en nuestro restaurante. ¡Fuera!!! (Gritando desquiciada)
Keiko: Te voy a denunciar por despido improcedente, desgraciada... ¡Eres una amargada, y todo porque el tipo este te dio calabazas! ¡Búscate un hombre que te de lo tuyo hija a ver si endulzas ese carácter que tienes!
Martha: Yo no soy como otras que se le meten en la cama a cualquiera, incluido el novio de sus amigas.
Keiko: ¡Cállate!!! (Le pega una sonora y fortísima bofetada a Martha)
Martha: ¿Pero como te atreves? (Agarrándola de las greñas)
Keiko: ¡Ahhh!!! ¡Ahhhh!!!
Rashid: ¡Bueno ya es suficiente chicas! Por el amor de Dios, hay todavía gente en la sala del restaurante. (Separándolas)
Alexandra: Keiko, por favor, márchate, te prometo que yo misma me encargaré de pagarte lo que se te debe y ya. Pero vete por lo que más quieras.
Keiko: ¡Amargada, cómprate un vibrador, que buena falta te hace, estúpida!!!
Martha: ¡Que te largues de una vez coreana!!! ¡FUERAAAAA!!!!
Mientras Keiko se marcha muy enfadada y hablando sola, en la cocina Martha, Rashid y Alexandra continúan hablando.
Alexandra: ¿Cómo es eso de que te gustamos la dos, Rashid? ¿A qué estás jugando?
Rashid: Sólo le dije a Martha la verdad, quería ser sincero. Quiero salir con las dos y...
Martha: Conmigo no cuentes, imbécil. Y da gracias que no te pongo a tí también de patitas en la calle porque te juro que ganas no me faltan. (Se va furiosa al cuarto de baño)
Alexandra: Eres un sinvergüenza, ¿Nunca te han dicho? (Dice mirándole con desagrado)
Rashid: Pero Alexandra...
Alexandra: O sea que quieres probar con ambas hermanas y luego decidirte. ¿No? Mira niño, yo no soy ninguna cobaya para hacer experimentos. ¿Sabes qué? Que has perdido a las dos, porque yo tampoco quiero salir contigo ya.
Rashid: Alexandra... por favor, escúchame...
Alexandra: ¡Que te zurzan!!! (Le pega una bofetada)
Rashid: ¡Ahhh!!!
EXT. / PUERTO DE BERGEN / NOCHE
El barco donde han pasado el día de crucero Wendy y su amiga Evelyn acaba de regresar a Bergen tras visitar algunos fiordos de la zona desde bien temprano. Ambas chicas bajan del barco junto con otros pasajeros. En el puerto se encuentran con Jan.
Jan: ¡Contigo quería yo hablar Wendy! ¿O debería decir Gwendolyne de Belgravia? (Enojado y muy molesto)
Evelyn: Ay no... creo que yo mejor me pido un taxi y me voy para el hotel...
Wendy: ¡No me dejes sola ahora!! (Nerviosa)
Evelyn: Esto tienes que aclararlo a solas con Jan, amiga... (Se va)
Wendy: ¡Evelyn, Evelyyyyn!!! (Enojada)
Jan: Ya deja a tu amiga y da la cara. ¿Cómo pudiste engañarme así?
Wendy: ¿De qué estás hablando Jan? ¿Que engaño ni que nada?
Jan: Me mentiste. Me enteré por una periodista que eres la princesa de Belgravia o de no sé donde. ¿Es eso cierto, eres hija de reyes?
Wendy: Jan, por favor...
Jan: ¡Dime la verdad!!! ¿Te has estado burlando de mí todos estos días? ¿Qué pretendías, eh? Usarme como al resto de tipos con los que has estado... ¿No?
Wendy: ¿Pero qué dices Jan? ¡Yo no soy de esas! Jamás me he enrollado con chicos sin estar enamorada. ¿Quien te dijo eso?
Jan: Chloe, la periodista. Ella me contó todo sobre ti.
Wendy: Mira Jan, no se quién será esa tal Chloe pero eso no es cierto.
Jan: ¿Vas a negarme que eres una princesa?
Wendy: ¡Bueno ya basta! ¡Sí, soy una princesa! Soy la hija de la reina Sylvia de Belgravia. ¿Contento?
Jan: Esto es increíble...
Wendy: Si no te lo dije no fue por mala fé, no quería que nadie supiera la verdad aquí. Quería pasar unas vacaciones de incógnito y olvidar quién soy en realidad.
Jan: Debiste decírmelo. No era mucho pedir. ¿O sí?
Wendy: ¿Habrías querido conocerme si supieras quién era?
Jan: No lo sé...
Wendy: Ya te digo yo que no... Todos los chicos se espantan cuando saben que soy una princesa o peor, otros sólo buscan casarse por interés. No puedo confiar en nadie. Pero contigo sentí que podía ser yo misma, creí que yo te gustaba de verdad, por eso no te dije nada. Porque quería que me conocieras como a una chica normal.
Jan: Y me gustas, me encantas. Y lo que estaba empezando a sentir por tí jamás lo había sentido por nadie antes.
Wendy: Jan, si realmente crees que soy una cualquiera y todas esas mentiras que te haya podido decir esa periodista, yo no puedo hacerte cambiar de opinión. Si no confías en mí, no hay mucho que hacer.
Jan: Y quiero confiar en ti pero me cuesta. Debiste ser sincera desde el principio.
Wendy: No te mentí, sólo te oculté información, nada más.
Jan: Lo sé pero...
Wendy: Y para que lo sepas, sólo tuve un novio pero terminamos hace dos años. No he tenido nada con nadie más que con él. Así que me duele mucho que pienses que soy una golfa que anda con unos y con otros. ¿En serio te creíste esas mentiras?
Jan: Perdóname Wendy, por favor... es que...
Wendy: Creo que es mejor que me vaya al hotel con Evelyn... Ya es tardísimo. Me parece que adelantaré mi regreso a Belgravia.
Jan: No, no te vayas. Al menos ven mañana al restaurante y hablamos de todo esto con más calma.
Wendy: No te prometo nada, Jan. (Enojada)
Jan. Por favor, ven mañana y hablamos, por favor... (Triste)
Wendy: Mmm... (Pensativa)
AL DÍA SIGUIENTE
INT. / RESTAURANTE LOS FIORDOS / DÍA
Nils ha ido a desayunar al restaurante como cada mañana. Junto a la barra conversa con Alexandra.
Alexandra: Martha despidió a Keiko anoche. Dice que no la quiere aquí después de saber lo que le hizo a la pobre Karen.
Nils: Pues Martha hizo bien. Keiko se portó muy mal con su propia amiga, así que era lo que merecía.
Alexandra: Mira Nils, Keiko hizo lo que hizo pero tampoco era motivo para echarla. Nos puede denunciar por...
Nils: Que lo haga, dudo que le queden ganas.
Alexandra: Te veo muy subidito últimamente yo a ti... (Dice molesta)
Nils: ¿Ah sí? ¿Y por qué crees que será? (Tomando de su taza de café)
Alexandra: No lo sé dímelo tú...
Nils: Pues te lo voy a decir, Alexandra, hoy te lo voy a decir... Tú y Martha estaban como dos bobas interesadas en ese play boy de pacotilla, el tal Rashid y ahora resulta que ya se dieron cuenta de que el tipo es un picaflor.
Alexandra: No me hables de Rashid, por favor te lo pido, Nils.
Nils: ¡Te hablo de ese tipo porque me da la gana! Y ahora me vas a escuchar porque hay más, llevo mucho tiempo callando y ya no aguanto más. ¿Me has oído, Alexandra?
Alexandra: ¿Callando el qué?
Nils: Veo que sigues sin darte cuenta... ¿Cuantos años hace que me conoces?
Alexandra: No sé, no recuerdo... ¿A qué viene esto Nils, me puedes explicar?
Nils: Nunca me viste de otra forma, sólo como un amigo de tu hermano, como un amigo tuyo, más nada. Nunca te diste cuenta de que me gustabas, de que yo te veía de otra forma pero me ignorabas.
Alexandra: ¿Quéee? (Alucinando)
Nils: Llevo años callando este amor en secreto porque nunca me diste una esperanza de que yo te gustara y resulta que el otro día en cuanto me ves cambiar de imagen y de ropa... ya cambiaste tu mirada hacia mí. ¿O crees que soy idiota, Alexandra?
Alexandra: No... no sé de que hablas...
Nils: El día de la camisa, cuando me manchaste de café y me diste otra limpia del almacén, ví como me mirabas por la rendija de la puerta pero me hice el tonto.
Alexandra: Nils, por favor... (Avergonzada y sin esperar sus palabras)
Nils: ¿Ahora si te gusto verdad?
Alexandra: Es que... es que... Ay Nils... (Roja de la vergüenza)
Nils: Tuve que cortarme el pelo, arreglarme la barba, vestir más moderno, seguí todos los consejos que Karen me dió al pie de la letra. Tanto es así que hasta la amiga de Wendy se fijó en mí.
Alexandra: ¿También te diste cuenta?
Nils: No soy idiota, Alexandra. Me doy cuenta de todo, lo que pasa que me lo callo.
Alexandra: Mira Nils... es cierto que durante estos años yo te veía como un buen amigo y...
Nils: Y nunca me miraste de otra manera, yo lo sé. Pero lo que no sabía es que eras tan superficial.
Alexandra: ¡Yo no soy superficial, no digas eso porque no te lo consiento!
Nils: Sí lo eres, tuve que cambiar para gustarte. Para gustar a otras. Ser otra persona. ¿Te parece justo?
Alexandra: Nils... el look que llevabas no te hacía justicia y tú lo sabes.
Nils: Soy el mismo por dentro, el mismo, sólo que tú nunca me valoraste. En el fondo eres igual que todas.
Alexandra: No digas eso... (Dice con lágrimas en los ojos)
Nils: Pero me he dado cuenta que lo único que te gusta es un tipo como Rashid, un guaperas, un chulo vacío por dentro. Eso es lo que te gusta. ¿Sabes qué Alexandra? Que tu hermana y tú se lo tienen bien merecido.
Alexandra: Nils... (Triste)
Nils: Toma... (Le deja el dinero del desayuno en la barra y se dispone a irse)
Alexandra: No te vayas así, no te enfades... Yo nunca quise hacerte daño...
Nils: (Volteando) ¿Nunca quisiste hacerme daño? Pues lo hiciste, durante años ignorándome. Pero ahora el que no quiere nada contigo soy yo, Alexandra. (Se va indignado y orgulloso)
Alexandra: Nils por favor... ¡Nils!!! (Llorando deshecha)
En ese momento llega Karen al restaurante.
Karen: ¿Pero que te pasa mi niña? ¿Por qué lloras?
Alexandra: Nils me ha dicho unas cosas... ha sido muy duro conmigo, Karen.
Karen: ¿Qué ocurre, que te ha dicho Nils?
Alexandra: Que nunca me fijé en él como hombre y que tuvo que cambiar para que lo hiciera.
Karen: Ay amiga...
Alexandra: Yo no sabía que yo le gustaba, Karen, nunca lo sospeché. Yo siempre le vi como un amigo... nunca me fijé de otra manera en él hasta que...
Karen: Hasta que descubriste que es un hombre guapo y atractivo. Sabía que mi ayuda haría milagros.
Alexandra: Me ha hecho sentir como una superficial, como una estúpida inmadura.
Karen: Mira Alexandra... está feo que ahora te hayas fijado en él cuando antes no lo hiciste. Eso duele. Pero yo sólo le hice ese cambio de look y de ropa porque quería ayudarle a conquistarte. Jamás pensé que él se lo tomara a mal.
Alexandra: Dice que me merezco que Rashid jugase con Martha y conmigo.
Karen: No le hagas caso. Nils está dolido contigo, eso es todo. Se le pasará.
Alexandra: Yo nunca quise hacerle daño, Karen. Yo le quiero, como amigo, pero le quiero. Es cierto que ahora me fijé en él de otra forma pero...
Karen: Es mejor que no le busques, espera que se le pase el enfado... Seguro después hablarán mejor de todo esto. Hazme caso.
INT. / HOTEL, HABITACIÓN / DÍA
En el hotel, Wendy y su amiga Evelyn charlan mientras terminan de arreglarse para salir.
Evelyn: Debes hablar con Jan, no le tomes a mal lo que le dijo esa periodista chismosa, ya sabes como es la prensa rosa, mienten más que hablan.
Wendy: No sé quien sera la Chloe esa pero me gustaría conocerla para decirle cuatro cosas en su cara a esa embustera.
Evelyn: Oye amiga... ¿Y no será que tal vez... digo yo... la tipa esa quiera algo con Jan y por eso le ha hablado pestes de tí, eh?
Wendy: ¿Tú crees?
Evelyn: Cosas peores se han visto, nena... Cuidado que hay mucha arpía suelta por ahí. Te lo digo yo.
Wendy: Está bien, hablaré con Jan pero lo que me dijo ayer me sentó muy mal, Evelyn. No confió en mí.
Evelyn: Hombres, son todos más bobos... se creen cualquier chisme de cualquier petarda recién aparecida. Vete al restaurante, que yo voy a investigar quién es la Chloe esa... Con ese nombre tan feo y tan raro seguro en internet la encuentro rápido.
Wendy: Está bien, me marcho... (Tomando su bolso de la cama, se va)
Evelyn: Chao amiga... (La joven comienza a buscar en su celular información en internet sobre periodistas noruegas llamadas Chloe)
EXT. / CALLE / DÍA
No muy lejos de allí, Nils está hablando con Christian en una calle cercana al restaurante los Fiordos. Ambos chicos conversan entre la gente mientras caminan.
Christian: Keiko está buscando nuevo empleo... Martha se pasó con lo que le hizo.
Nils: ¿Sabes que Alexandra ahora sí está interesada en mí, Chris?
Christian: ¿Qué? ¿Cómo supiste?
Nils: Me dí cuenta el otro día. Ya ves como son las mujeres, uno tiene que ser otro para que se fijen en ti.
Christian: ¿Y qué vas a hacer ahora, vas a salir con ella? Alexandra siempre te ha gustado.
Nils: Me gusta pero mi dignidad vale más. No pienso rebajarme ahora que me dí cuenta de la clase de persona que es.
Christian: ¿Por qué dices eso? No seas así, hombre.
Nils: Antes no quería nada conmigo... ¿Y ahora sí? ¿Ahora si me ve como hombre, verdad? Y todo por un corte de pelo, un arreglo de barba y una ropa moderna... Lo siento pero no me van las chicas tan superficiales.
Christian: Alexandra es muy jovencita todavía, Nils... no sabe lo que quiere.
Nils: Eso mismo pienso yo... Lo que voy a hacer es olvidarme de ella y conocer chicas de mi edad, más maduras.
Christian: Bueno pero no muy maduras, no vayas a salir ahora con una de cuarenta y tantos... (Se burla)
Nils: Jajaja. Qué tonto eres. (Sonríe)
INT. / RESTAURANTE LOS FIORDOS / DÍA
Jan y Wendy conversan sentados a una de las mesas del local.
Wendy: Evelyn me convenció en venir a hablar contigo pero la verdad yo no tenía muchas ganas de verte. (Dice molesta)
Jan: Perdóname, sé que no debí hablarte así y decir lo que te dije pero entiéndeme. Estaba muy enfadado.
Wendy: ¿Vas a creer a esa periodista entonces?
Jan: No, no... ya sé que no eres así pero... debiste contarme quién eras, ya te dije anoche.
Wendy: Y yo ya te expliqué por qué motivos no lo hice. ¿Hasta cuando vas a seguir con eso, Jan?
Jan: Sólo quiero que arreglemos esto... Wendy. Tú me gustas, me gustas mucho y quiero seguir conociéndote.
Wendy: Tú también me gustas Jan pero... creo que esto no va a poder ser.
Jan: ¿Sigues enfadada conmigo entonces?
Wendy: No es por eso, Jan... es que... en pocos días debo regresar a mi país y... las relaciones a distancia no funcionan.
Jan: Pero podemos viajar cada poco tiempo, yo allá, tu aquí, hablar por internet, por teléfono...
Wendy: Eso suena bonito al principio, unos meses, un año a lo sumo, pero luego la relación se desgasta y se acaba.
Jan: Pero yo no puedo irme a vivir a tu país así sin más.
Wendy: Ni yo puedo quedarme en Noruega, Jan. Qué mas quisiera yo que dejarlo todo, el cargo, la corona, los actos y visitas oficiales... Pero mi madre me mataría si le digo de renunciar al trono.
Jan: ¿Alguna vez lo has pensado entonces? ¿Has pensado en dejarlo todo?
Wendy: Sí, de hecho este viaje fue por eso... porque quería pensar en mí y en mi futuro...
Jan: Entiendo... Debe ser muy dura la vida de una princesa.
Wendy: Me hubiera gustado ser una chica normal, como tus hermanas, poder salir a la calle sin que me persigan los paparazzi, poder ir a un restaurante sin guardaespaldas, poder tener una vida como todo el mundo, una vida anónima pero feliz.
Jan: Aquí la tendrías, nadie te conoce, nadie sabe quién eres.
Wendy: Lo sé. Me enamoré de Noruega, de Bergen...
Jan: Es que esto no se cambia por nada. ¿Verdad? (Sonríe)
Wendy: Pero también creo que me enamoré de algo más.
Jan: ¿De qué?
Wendy: De ti... (Sonríe avergonzada)
Jan: ¿En... en serio? (Sonríe ilusionado)
Wendy: Ay Jan... no quiero perderte pero mi cabeza dice que debo marcharme de nuevo a Belgravia.
Jan: Quédate en Noruega, Wendy, quédate aquí. Así podríamos conocernos más, tendrías otra vida, te prometo que yo te ayudo a encontrar un trabajo si quieres.
Wendy: Ojalá pudiera Jan pero...
Jan: Por favor, quédate... si quieres puedes seguir siendo princesa pero aquí.
Wendy: No entiendo.
Jan: Serías mi princesa. (Sonríe tierno y contento)
Wendy: Jan... (Emocionada se le saltan las lágrimas)
En ese momento el chico se acerca a ella y le roba un dulce pero a la vez apasionado beso que la deja sin palabras. Ambos se besan abrazados en el restaurante junto a los ventanales.
EXT. / CALLE / DÍA
En la calle Chloe les ha visto. La joven periodista arde en celos y les hace varias fotos con su móvil.
Chloe: Desgraciada... Voy a enviar estas fotos a Belgravia. Cuanto tu madre las vea te va a llevar a rastras a tu país, maldita princesa estúpida.
En ese momento aparece tras ella Evelyn y...
Evelyn: Vaya, vaya así que tú eres la famosa Chloe, la periodista...
Chloe: (Volteando) ¿Se puede saber quién eres tú?
Evelyn: Soy Evelyn, amiga de la princesa Gwendolyne de Belgravia, sí esa, a la que le quieres joder la vida. (Con tono desafiante)
Chloe: No sé de que estás hablando...
Evelyn: ¿Ah no? Te voy a dejar yo bien claro de que estoy hablando, estúpida...
En ese momento Evelyn le pega un puñetazo en la cara a Chloe que la tira al piso. Escuchamos música incidental.
Chloe: ¡Ahhh!!!
Evelyn: Vuelve a tratar de hacer daño a mi amiga y te juro que te rompo toda la dentadura, periodista de quinta. ¿Me escuchaste? (Furiosa)
Chloe: Eres una salvaje, una...
Evelyn: Cállate porque te pongo el otro ojo morado, desgraciada. A tí te gusta Jan y por eso intentaste separarlo de Wendy pero te salió el tiro por la culata. Como vuelva a enterarme que le haces alguna más a mi amiga volveré para romperte la cara. ¿Entendiste?
Chloe: Sí... sí.... (Temerosa en el suelo) Entendido...
EXT. / PARQUE / DÍA
Nils camina por un parque, algo más desarreglado, con pantalones cortos, ropa deportiva y un poco despeinado. En ese momento se encuentra con Alexandra.
Alexandra: Hola Nils...
Nils: ¿Se puede saber qué quieres? ¿Me estás siguiendo o qué?
Alexandra: Por favor, no seas así, escúchame.
Nils: Habla... te escucho. (Muy serio)
Alexandra: Yo nunca quise hacerte daño, jamás pensé que yo te gustaba y... ok, es cierto que tu cambio de imagen me hizo verte de otra forma pero eso no quiere decir que yo sea una superficial.
Nils: ¿Y qué esperas que yo te responda ahora, Alexandra?
Alexandra: No lo sé, sólo que podamos seguir siendo amigos. Al menos eso.
Nils: Mmm...
Alexandra: No estés enfadado, yo te quiero mucho Nils, eres un gran amigo.
Nils: Yo siempre quise que me vieras como hombre, no como amigo.
Alexandra: Tal vez yo no soy la chica indicada para tí, Nils...
Nils: ¿Por qué dices eso?
Alexandra: Hablé con Christian y me dijo que ahora vas a buscar mujeres más "maduras". Tal vez tengas razón y sea lo mejor para ti.
Nils: Ojalá fuera tan fácil....
Alexandra: No entiendo... Eres guapo, inteligente, seguro te van a llover las chicas ahora.
Nils: Yo sólo quería una en especial pero ella nunca se fijó en mí.
Alexandra: Porque era una tonta inmadura que no se daba cuenta de que lo más importante no se ve.
Nils: ¿Ahora va a resultar que soy feo? (Se burla y sonríe)
Alexandra: Jajaja, noooo, nada que ver. Ay Nils... yo te veía como amigo pero eso no quiere decir que no me gustases, no se si me entiendes.
Nils: Pues no mucho la verdad.
Alexandra: ¿Te han dicho que esos pantalones cortos te quedan....? (Sonríe guiñándole el ojo)
Nils: Jajajaja. (Avergonzado) No me digas eso que me pongo rojo.
Alexandra: Jajaja.
Nils: Alexandra...
Alexandra: Nils...
Ambos sonríen y en cuestión de segundos terminan besándose en ese parque bajo la sombra de los árboles.
INT. / HOTEL, HABITACIÓN / NOCHE
Tras haber pasado el día con Jan, Wendy está ya en el hotel hablando por teléfono con su madre la reina Sylvia la cual se encuentra en su despacho del palacio real de Belgravia.
Sylvia: ¿O sea que es cierto lo que vi en las fotos que me enviaron? ¿Estás de novia con ese chico noruego?
Wendy: Nos estamos conociendo, mamá... eso es todo. Es pronto para hablar de noviazgo.
Sylvia: Ay hija... En serio, me tienes muy preocupada.
Wendy: No te enfades, mamá... Jan es muy buen chico. Me quiere y me valora por mí persona, no por ser princesa. Apenas lo acaba de saber. No quise contárselo antes porque no quería espantarlo.
Sylvia: Mira cariño... Sólo quiero seas feliz... pero... eso que quieres hacer, dejar el trono... ¿Qué va a pasar con este país si se queda sin heredera? ¿Lo has pensado?
Wendy: No, pero no me importa, siempre puedes recurrir al primo Paul... el hijo de la hermana de mi papá que en paz descanse.
Sylvia: Pero hija...
Wendy: Únicamente quiero ser feliz... nada más. Quiero ser una chica normal. Tener una vida normal y espero respetes mi decisión.
Sylvia: Lo sé... nunca debí obligarte a hacer algo que no querías pero... era mi obligación como reina. Así me educó tu abuelo a mí cuando era niña.
Wendy: Cuando quieras puedes venir a Noruega, estoy segura te encantará esto. Y cuando conozcas a Jan entenderás por qué me enamoré de él. (Sonríe)
Sylvia: Cuídate mucho, cariño... y por favor, perdóname por no haberte entendido antes. Sabes que te quiero.
Wendy: Y yo a tí. Te quiero mamá... (Sonríe y ambas terminan la llamada)
Acto seguido la joven habla con su amiga Evelyn que acaba de llegar a la habitación del hotel.
Evelyn: ¿Que haces Wendy, con quién hablabas?
Wendy: Con mi mamá, ya le conté sobre Jan y sobre mi decisión de quedarme acá a vivir.
Evelyn: Ay amiga... ¿Estás segura? A mi me parece una locura pero si piensas que es lo mejor para ti...
Wendy: No lo sé pero quién no arriesga no gana y yo sólamente quiero ser feliz, Evelyn.
Evelyn: Está bien, bueno pues tendré que regresarme yo sola a Belgravia entonces.
Wendy: ¿Que hay de Nils? ¿No le quieres conocer? Creí que te había gustado el amigo de Jan.
Evelyn: Hoy lo vi en un parque besándose con Alexandra... así que creo que no tengo nada que hacer. Una lástima pero... bueno, ya habrá más chicos, mujer. (Sonríe)
Wendy: Seguro que sí, amiga. (Sonríe contenta)
DÍAS DESPUÉS
INT. / AEROPUERTO DE BERGEN / DÍA
Tras despedirse de Evelyn, la princesa Wendy y Jan conversan en el aeropuerto entre gran cantidad de personas.
Jan: ¿Entonces es en serio que te quedas en Noruega, Wendy?
Wendy: Ya te he dicho que sí, tonto. (Sonríe)
Jan: ¡Qué bien!!! Por un momento temí que te fueras con tu amiga Evelyn a Belgravia. ¿Qué dijo tu madre cuando le contaste que...?
Wendy: No es que le gustara mucho la idea pero lo respeta, sólo quiere que sea feliz.
Jan: Te prometo que no te vas a arrepentir.
Wendy: Por ahora lo que más me interesa es buscarme un trabajo... ¿Que tal de mesera en el restaurante, eh?
Jan: ¿De mesera? ¿Te volviste loca Wendy?
Wendy: ¿Y por qué no?
Jan: No, nada que ver... Tú vas a trabajar en algo mejor... ya sé... Recepcionista de hotel. Conozco un amigo que...
Wendy: Ya, calla... mejor cierra los ojos.
Jan: ¿Por? ¿Qué pasa?
Wendy: Tú haz lo que te digo.
Jan: Está bien...
El muchacho cierra los ojos y en ese momento Wendy le da un apasionado beso en labios. Jan se deja llevar y ambos terminan abrazados besándose en el aeropuerto de Bergen mientras escuchamos la canción "Roll with the wind" de Alexander Rybak.
FIN
Suscribirse a:
Entradas (Atom)